jueves, 8 de julio de 2010

Y Vicente siguió los pasos de Colón

Después de más de dos meses de silencio, vuelve con una nueva entrada y sentimientos encontrados el blog más pirata y dicharachero de Barrio Marbella.
En mayo tuve la visita de mi padre. Quince días que me hicieron mucho bien y en los que aproveché también para conocer nuevos lugares de la geografía panameña.
Tras un primer fin de semana marcado por el Censo (esto daría para escribir casi otra entrada, con su ley seca, su prohibición bajo amenaza de arresto de no salir a la calle hasta estar censado, la paralización del país durante un día entero para contarlos a todos, etc.), el segundo pusimos rumbo a la provincia de Chiriquí.


Los chiricanos tienen fama de orgullosos y las chiricanas de ser 'ganado bravo'. Pero no era esa la razón por la que nos decidimos a explorar esta región.
Chiriquí es una curiosa combinación de playa y montaña. Quizá esta última es la que brinda mayor fama a la región, en especial pueblos como Boquete, donde se celebra la Feria del Café y las Flores, los productos más típicos y de mayor renombre de la zona. Allí nos dirigimos la primera noche. Boquete está enclavado en un bonito valle en mitad de las montañas, gracias a lo cual también las temperaturas son notablemente más frescas que en la ciudad de Panamá. Llovía y estaba oscuro, por lo que, tras cenar y tomar una cerveza en sendos hoteles preciosos, nos fuimos a dormir.


A la mañana siguiente amaneció soleado y pudimos visitar un jardín de flores abierto al público. Puesto que no estábamos dispuestos a adentrarnos a pie en los bosques, cogimos el coche para dirigirnos al pueblo de Volcán, situado al otro lado del volcán Barú, desde cuya cima se dice que en un día despejado se pueden apreciar tanto el océano Pacífico como el Atlántico. Hicimos un alto en el camino en un hotel espectacular para comer mientras veíamos la final de la Champions.



Llegando a Volcán y Cerro Punta no paraba de caer agua. Pasamos con el coche por ambos pueblos, bien pequeños los dos. A pesar de estar rodeados por un paisaje muy bonito, las opciones de disfrutarlo con aquella lluvia eran pocas, por lo que decidimos bajar la montaña y llegar a la playa de la Barqueta, a probar mejor suerte con el tiempo.
Aproximadamente dos horas y media más tarde llegamos al hotel Las Olas. Es de lo más parecido a un resort de Caribe que he visto en Panamá. Salvo el gran número de mosquitos que había, por lo demás todo perfecto: habitaciones espaciosas, terraza con vistas al mar, bar, restaurante, gym, piscinas, playa privada, un pequeño lugar con agua y tortugas... El domingo incluso madrugué para nadar en la piscina antes de ponerme ciego en el desayuno.


Nos dimos un pequeño paseo por la playa y nos dirigimos a otra región costera: Boca Chica. Esta zona está como muy virgen y apenas encontramos un embarcadero, donde cogimos un bote que nos cruzó a la isla de Boca Brava. Allí comimos y disfrutamos del paisaje.


Por la tarde pusimos rumbo a David, la segunda ciudad más importante del país y capital de Chiriquí. Decir que el edificio más alto tiene 6 plantas resume un poco lo que se puede esperar de la ciudad, muy alejada en dimensiones de lo que es Panama City. Pasamos la tarde dando una vuelta por la ciudad, cenando en uno de los hoteles más conocidos y poco más. Había que madrugar mucho para coger el vuelo de primera hora de regreso a Panamá la mañana siguiente...

2 comentarios:

  1. Por lo que veo aprovechasteis al máximo el tiempo... aunque una pena lo del tiempo seguro que disfrutaste de la compañía de tu Padre.
    Un abrazo a ambos

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  2. Fiera veo que todo fenomenal; que disfrutaste y descansate con el pater familias eso esta bien. Por aqui te esperamos con los brazos abiertos!!! Un abrazo fuerte

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