martes, 3 de agosto de 2010

Ser español no es una excusa, es una responsabilidad

Y siguiendo con el fútbol, con el mes de junio llegó el gran acontecimiento del año: ¡¡el Mundial de Sudáfrica!! Tras la victoria en la Eurocopa de Austria y Suiza en 2008 y el gran juego demostrado en los dos últimos años, España partía como una de las grandes favoritas, cosa que no me hacía demasiada gracia.

Un capítulo aparte merece el cómo se vive un mundial en Panamá. Aquí todo panameño se identifica con un equipo. Brasil es la que más seguidores tiene, seguida de Argentina. A partir de ahí, de todo podía encontrarse uno. En cada semáforo se venden banderas de todos los países, que la gente coloca en las ventanillas y en el interior de sus coches, convirtiendo por un mes las calles en un crisol multicolor.

Los negocios también se decoran con banderas de los países participantes en el mundial: restaurantes, bares, centros comerciales... Las compañías aprovechan para sacar promociones relacionadas con el evento por doquier. Y por supuesto, todo el que podía se escaqueaba del trabajo para ver los partidos, quien no tenía una pantalla en la propia oficina. Aparte de que ir a trabajar con la camiseta de tu equipo favorito es lo más cool (me di cuenta el día que fui al banco y me atendió una señorita con la camiseta de Brasil).

Y los días de partido... ¡qué decir de los días de partido! El lugar que más frecuenté fue la taberna irlandesa de Bennigan's. Allí, una horda de azafatas ofrecían merchandising de lo más variado: gafas, gorros, globos, etc. de marcas de coches, telefonía móvil, cerveza... Un local con capacidad para unas 500 personas y más de 15 pantallas se llenaba a reventar para casi cualquier partido, especialmente en fines de semana y a partir de los octavos de final.


Tras quedarme solo en casa viendo perder a España contra Suiza, el partido contra Honduras lo vimos en la Taberna del Canal, enfrente del centro de visitantes del Canal de Panamá. Después de la victoria, Nacho y yo dimos todo un repertorio de 'olés' por toda la cinta costera a vehículos y transehúntes desde el coche de Víctor, que no paraba de negar con la cabeza mientras conducía.

El decisivo partido contra Chile y los octavos de final contra Portugal los vi en Bennigan's. El local lleno hasta la bandera.


Para el partido de cuartos contra Paraguay, al caer en sábado, se organizó algo especial: barbacoa en casa de Pía, otro de los españoles afincados por estas tierras (mil gracias por la hospitalidad). Nos juntamos cerca de 30 personas en la terraza para ver el partido. Con la parada del penalty de San Iker acabé en la piscina para celebrarlo. Tanto, que casi ni vi el penalty a Villa a favor de España en la jugada siguiente. Todos sabemos cómo acabó esa jugada... El gol de Villa ya cerca del final fue un alivio que dio paso a la celebración, formación de castillos humanos en la piscina, tirar a todo bicho viviente al agua, ron...


La semifinal contra Alemania fue para sufrir en silencio, todos bastante desperdigados. Yo acabé en casa de Carles con un pequeño grupito viendo ese cabezazo de Puyol que nos metía en la primera final de un Mundial. ¡Grandioso! Ataviado con mi camiseta y mi bandera, me di un buen paseo para lucir orgulloso la rojigualda por las calles de Panamá antes de llegar a casa.

Y llegó el día de la final. El ya famoso pulpo Paul nos había dado vencedores contra Holanda. ¿Pero quién dice que un pulpo es más fiable que Rappel?


Nuevamente, para la final se organizó quedada en casa de Pía. Cerca de 40 personas allí reunidas. Yo llevaba nervioso días. Creo que no me pude sentar en todo el partido. Bebía cerveza para calmar los nervios. Comí algo en el descanso, tratando de olvidar lo complicado que se estaba poniendo el partido. España dominaba, pero a la contra Holanda era muy peligrosa. Final del partido y sigue el empate a cero. Prórroga. Más nervios. España tiene ocasiones, pero Holanda alguna también. Minuto 112: ¡gol de Iniesta! ¡¡¡¡Goooooooooollllllllllllllllllllll!!!!! Se desata la locura. Salto, grito, me abrazo a todo el mundo, doy besos, la cerveza vuela por el aire... Es increíble, toda la tensión liberada en un momento de júbilo desbordado. Unos minutos más. ¡Final! ¡¡Somos campeones del mundo!!


La celebración posterior, con una réplica de la Copa del Mundo llena de ron, fue similar a la del día de los cuartos: piscina, castillos, gente al agua...


Al día siguiente me pasé la tarde entera pegado al ordenador siguiendo por internet la retansmisión de la celebración. No podía creerlo. España, después de ser campeona del mundo en varios deportes, tanto a nivel individual como colectivo, conseguía ser también campeona en el deporte que más pasiones levanta en el país: campeones del mundo de fútbol. Estuve en Colón hace dos años vibrando con la Eurocopa. Esta vez, con el mayor éxito del fútbol español, y me pilla tan lejos. ¡Si lo hubiera sabido me habría ido antes!


¡Grande la Roja! ¡Viva mi España!

1 comentario:

  1. Somos Campeones del Mundo!!
    Somos Campeones del Mundo!!
    Somos Campeones del Mundo!!

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