miércoles, 30 de diciembre de 2009

Fuegos y agua. Calor y frío

He estado a punto de titular este entrada como la segunda parte de aquella en la que hablaba de los contrastes.

En Nochebuena, gracias al desfase horario, tuve oportunidad de hablar con la familia recién levantado de la siesta mientras ellos se encontraban ya reunidos alrededor del turrón y cantando villancicos. Mi noche comenzó con una cena de langostinos y carne hechas en la barbacoa del área social de unos 'pasieros' españoles en el exilio (gracias César y Albert), regado todo con unas cervecitas. De postre, un poquito de turrón para sentirnos lo más cerca a 'como en casa'... y mucho ron.

Gracias a la privilegiada ubicación del edificio donde nos encontrábamos, pudimos ver los fuegos artificiales que se lanzaron desde los diferentes barrios de Panamá a medianoche. Fue todo un espectáculo ver más de una decena de puntos por los que asomaban los cohetes llenando de color el cielo de la ciudad.

La noche transcurrió agradablemente, entre copa y copa, buena compañía, una visitilla a un garito de Casco Antiguo con unas vistas impresionantes del skyline panameño; y acabó con mis huesos en la piscina de nuestros vecinos Mar y Nacho cuando ya salía el sol...

El día de Navidad dejó sentir una vez más los efectos del duro garrote del Abuelo. El día transcurrió sin pena ni gloria hasta la cena, momento en el que nos juntamos una buena tropa para rememorar de alguna manera las reuniones familiares a las que estamos acostumbrados por estas fechas en torno a una mesa bien llena de platos con todo tipo de comida.

La mañana del sábado partimos rumbo a las playas del Pacífico. Tras aprovisionarnos de lo básico (cervezas, ron y alguna cosilla de comer) fuimos a la playa de Malibú. Un día de sol y bañitos en el mar en plenas navidades fue, por lo menos, por lo menos... inusual, jajaja.

Cuando cayó el sol nos embarcamos rumbo a Cerro Campana, donde se estaba celebrando una rave en mitad de la montaña. En apenas media hora cambiamos el bañador y la crema del sol por los pantalones largos y una sudadera. En lo alto de la montaña soplaba un airecito de lo más fresquete.

La cabina del dj era una pequeña mesa con sus altavoces rodeado de varios hilos de colores que completaban una maraña enganchada a los árboles de alrededor, así como algunos pedazos de tela que reflejaban la luz de un pequeño láser. Por las proximidades había tiendas de campaña y colchones tirados sobre el césped de los cerca de 40 asistentes al evento. Estoy seguro de que casi todos vieron en algún momento de la noche pitufos y al dragón del pasillo.

Uno de los momentos estelares de la noche fue irse a domir. Una vez que hube visto y bailado suficiente, me fui... ¡al coche! Porque claro, una rave en mitad de la montaña y sin ningún conductor capacitado tiene sus pequeños inconvenientes. Tras probar el maletero del Nissan Pathfinder de mi compañero Víctor, llegué a la conclusión de que el asiento reclinable del copiloto era mucho mejor opción.

A eso de las 8 de la mañana, con la música sonando de fondo aún, decidimos que era preferible dormir en la playa que seguir castigando nuestros cuerpos y nuestras mentes de aquella manera.

Tras un buen reconstituyente en forma de desayuno llegamos a El Palmar, la playa donde conocí el Pacífico. Arena negra, olas y mucha gente. Fue divertido bañarse mientras llovía. Cuando nos cansamos de mojarnos a base de agua dulce nos marchamos a comer y pusimos rumbo a Panamá.

Esto de enfilar la playa con una botella de ron como único equipaje me ha hecho recordar esa canción de uno de nuestros grandes cantautores, conocido en toda aerolínea por su poder para hacer retroceder un avión, donde dice: "Sí yo soy un bucanero, sin parche ni patapalo..." Eso sí, como aclara luego: "...que yo no soy de los malos, ¡yo soy un pirata bueno!".

3 comentarios:

  1. Pirata, esto es una entrada en condiciones con sus fiestas sus aventuras y demás cosucas que nos dan mucha pero que mucha envidia....Pues nada que sigas disfrutando como lo haces y que feliz año y demás felicitaciones navideñas!!!

    un abrazo fuerte....del atleti mejor no hablamos!

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  2. Organaiser! Ponte unas fotillos que veamos ese cuerpo morenazo!!

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  3. Yo también empecé el año viendo el skyline de Playa del Carmen, Méjico. Que me dabas envidia apo!!

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